03 octubre 2007

La ONU envía personero para realizar informe sobre la crisis en Myanamar


El emisario de la ONU, Ibrahim Gambari, preparaba el miércoles un informe sobre sus conversaciones con la junta militar y la opositora Aung San Suu Kyi, mientras la comunidad internacional manifestaba su inquietud por la violenta represión de las manifestaciones en la ex- Birmania.

Gambari se encontraba en Singapur, desde donde tiene previsto viajar a Nueva York para informar sobre su visita a la ex-Birmania al secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, probablemente el mañana.

El enviado especial recorrió Birmania durante cuatro días para llevar a cabo discusiones con los dirigentes de la junta en su remota capital, Naypyidaw, y reunirse en dos oportunidades con la Premio Nobel de la Paz Aun Sang Suu Kyi, quien se encuentra bajo prisión domiciliaria en Rangún.

El veterano diplomático nigeriano fue enviado a Birmania para expresar la indignación internacional por la violenta represión lanzada por la junta militar contra las pacíficas manifestaciones de la semana pasada, que dejaron por lo menos 13 muertos y más de 1.000 detenidos.

Sin embargo, un ex mediador que ayudó a realizar negociar importantes contactos entre la junta y la oposición advirtió que la crisis está lejos de haber terminado y que los generales no han dado señales de que estén dispuestos a un compromiso.

Todavía hay camiones militares estacionados cerca del ayuntamiento y de la Pagoda Sule, a poca distancia del lugar donde un periodista japonés muriera mientras cubría los acontecimientos.

Las manifestaciones comenzaron a mediados de agosto después de un fuerte aumento del precio del fuel, pero hace dos semanas aumentaron en intensidad, convirtiéndose en la mayor amenaza al régimen de los últimos 20 años, cuando los monjes comenzaron a liderar el movimiento, llevando a las calles a unas 100.000 personas.

Las protestas disminuyeron después de la represión, y esta semana los habitantes de Rangún comenzaron a reabrir sus comercios.


Japón indicó que estudiaba la posibilidad de poner fin a su ayuda a Birmania después de que el periodista Kenji Nagai fuera muerto a balazos.